Preambulo

En la escuela de los Anales, nos hemos acostumbrado a adoptar estructuras para aproximarnos a las cuestiones y a los grandes fenómenos colectivos de la historia, y a los procesos que afectan a las grandes masas y a los grupos sociales. El papel del testimonio histórico en este caso cambia y permanece en el centro de las preocupaciones del historiador, pero solo se considera útil para construir la historia; de ahí viene la marginación y el aislamiento del individuo en general como entidad dinámica en la historia. No obstante, los estudios modernos han hecho posible rehabilitar al individuo al demostrar que se puede iniciar metodológicamente el estudio histórico desde lo micro para desarrollar un enfoque macro, puesto que el individuo está anclado en una comunidad y es parte integral de esta. Seguir el itinerario vital de un individuo ofrece detalles a los que no puede acceder el enfoque histórico global, como veremos en la historia de vida de Ahmed Ben Qassim al-Hayari al-Andalusí, conocido por el apodo Afuqay, que presentamos en este estudio. Desde esta perspectiva, podemos mostrar que la vida del individuo hace que la diversidad y la diferencia que prevalecen en las sociedades sean perceptibles. Esta diferencia, constituye el material que alimenta a la sociedad y la enriquece, y produce personalidades singulares. Además, el estudio del individuo, como unidad, posibilita, en el plano metodológico,
evitar las generalizaciones, comprender las especificidades relativas y revelar los determinantes de las estructuras sociales, a menudo complejas. Desde esta lógica metodológica, nos acercamos a la trayectoria de Ibn Qassim al-Hayari al-Andalusí, que encarna para nosotros el grito de angustia de un morisco,herido.

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